miércoles, 18 de abril de 2012

El Pedregal 14

ADRIANA : Sabes, sabéis (abarca al grupo con la mirada) lo que quiero decir (su voz  tiembla y su mirada se esconde).
TIMOTEO : Y tu ya deberías haber aprendido que el dinero jamás está solo, sino envuelto en quebraderos de cabeza (serio, dolido y muy preocupado).
MATEO : ¿Siempre abuelo?
TIMOTEO : Siempre, por siempre jamás.
MATEO : Pues vaya...
IRENE : (Roja de ira que se esfuerza en contener). Explícanos cual era tu canción por lo menos, Adriana. ¡Mira que tener una artista en casa y no haberme enterado!.... No tengo perdón.
ADRIANA : Me duele tu burla (casi llorando).
IRENE . Lo supongo, pero yo estoy preocupadísima y muy enfadada.
ADRIANA : ¿De verdad puedo haber provocado un lío? (las lágrimas caen por sus mejillas).
TIMOTEO : ¿Acaso preguntaste a las piedras antes de tomar tus benditas decisiones?
ADRIANA . (Llorosa y retorciéndose las manos en el regazo). Iba a hacerlo pero al final se me olvidó.

Sorprende que a lo largo de la conversación MATEO no se haya extrañado por las reprimendas dirigidas a su madre ni por sus lloros casi infantiles.

ALONSO : Lo arreglaremos. Este hombre ha quedado en volver la próxima semana, hablaremos entonces y todo se solucionará.
ADRIANA : ¿Cuando llega? (Ilusionada ha olvidado lágrimas y disgustos).
IRENE : Por lo visto el lunes, que podría ser el domingo por la noche.
BASILIA : Lo que yo sigo sin comprender...
ALONSO : ¿Qué es?
BASILIA . En qué consiste el jaleo, porque los problemas relacionados con el dinero a los que os referís vendrán después, con la fama, pero a vosotros os preocupa el presente y me pregunto por qué, pero como  sospecho que no me lo vais a explicar porque consideráis que estoy senil.... (se echa a llorar).

IRENE se levanta rápida y la abraza fuerte para consolarla. Durante unos segundos arrecia el llanto, va calmándose después y acaba en un instante.

BASILIA : Mateo, precioso, alcánzame la pamela, haz el favor. (MATEO no solo se la acerca sino que ayuda a colocársela de la manera que sabe que le gusta más a ella. Lo hace con tal primor que deja traslucir lo muchísimo que la quiere. Cuando acaba la abraza y la besa con fuerza). ¡Niño de mi vida, te quiero tanto!.... Pero si me abrazas tan fuerte acabarás por romperme.
MATEO : ¡Exagerada!

ALONSO e IRENE han intercambiado miradas significativas. IRENE se encoge de hombros y ALONSO extiende con disimulo los brazos abiertos.

IRENE : Tengo que ir preparando la comida que se echa la hora encima.
ALONSO : Bueno, pues cuando ese hombre vuelva ya buscaremos la manera de solucionar las cosas ¿Nos parece bien a todos? (Gestos afirmativos). Y si alguien tiene cualquier idea o quiere decir algo que se le haya olvidado, que no se lo guarde, ¿estamos?... (sosteniendo la mirada por unos instantes a BASILIA, ADRIANA y TIMOTEO, que se la devuelven con desasosiego).

Todos salen del salón en diferentes direcciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario