viernes, 6 de abril de 2012

El Pedregal 8

9.  LA CASA. EN  EL COMEDOR. INTERIOR. DÍA.

ADRIANA, con un grandísimo mandilón sobre su ropa, trajina entre los muebles suntuosos y descoordinados que forman un comedor incompleto de tal manera que, como la habitación es muy amplia, el conjunto se ve un poco destartalado.
Saca manteles, vajillas, copas, cubiertos, y dispone una mesa espectacular a la vista aunque incorrecta en la colocación de los utensilios.
Observa el resultado de su trabajo con gesto satisfecho, retoca un par de detalles con ademanes de precisión y sale dejando la puerta bien cerrada con llave.


10.  LA CASA. EN EL RECIBIDOR. INTERIOR. DÍA.

ADRIANA, muy sonriente y ufana, trajina de un lado a otro colocando ceniceros, alisando tapicerías y sacudiendo con esmero las cortinas hasta conseguir determinados pliegues de caída.
Con un suspiro de satisfacción hacendosa se la ve entrar después en la cocina.


11.  LA CASA. EN EL RECIBIDOR. INTERIOR. DÍA.

Las puertas del comedor están abiertas de par en par.
El ambiente general refulge de luz como para celebrar un banquete de gala.
ADRIANA, al pie de la escalera, se quita el delantal, mira a su alrededor buscando y lo mete hecho un rebujo en el interior de un paragüero.
Con energía y persistencia hace sonar una pequeña campana que está sobre un taquillón al tiempo que vocea impaciente.

ADRIANA :  ¡La comida está servida y si no bajáis inmediatamente se enfriará y habrá que tirarla! ¡¡Rápido, abajo ahora mismo!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario