jueves, 3 de mayo de 2012

El Pedregal 20

33. LA CASA. EN EL DORMITORIO DE BASILIA. INTERIOR. DIA.

MATEO llama en la puerta de BASILIA hablando bajito.

MATEO : ¡Tia!... ¡Tia Basi!...
BASILIA : ¡Pasa, Mateo, pasa!

BASILIA, perfectamente vestida según su estrafalario estilo habitual, está sentada frente al espejo de su tocador arreglándose el pelo. Al oir la voz de MATEO que la llama suelta peines, cepillos y horquillas que tiene entre los dientes y acude presurosa a abrir la puerta.

BASILIA : ¡Bienvenido, tesoro mio! (MATEO entra sin prestar atención a las "curiosidades" de la habitación que para el son objetos cotidianos sin nngún interés). ¡¿Qué me cuentas?! Porque algo tienes que contarme, me lo dicen los remolinos de tu pelo. (BASILIA ha hablado muy seria pero cuando MATEO la mira sonriendo tambien ella sonríe. Se abrazan los dos y rien cómplices).
MATEO : Vengo a que me ayudes a resolver un dilema.
BASILIA : Pues vamos a estudiarlo.

Con su brazo por el hombro del niño le conduce al mirador.


34. LA CASA. EN EL MIRADOR DEL DORMITORIO DE BASILIA. INTERIOR. DIA.

El mirador está habilitado como un cuartito de estar muy acogedor en el que se acomodan. Repleto de piedras de diferentes tamaños y formas ordenadas todas con armonía, unas en solitario y otras amontonadas, todas evidenciando que se las quiere y se las cuida. Al sentarse entre ellas MATEO las mira con una sonrisa plácida y acaricia algunas con suavidad.

BASILIA : Cuéntame.
MATEO : Es todo eso de la música que tiene que ver con ese hombre.
BASILIA : Continúa.
MATEO : Y que ha hecho que todos se vuelvan locos.
BASILIA : Con razón, ¿no te parece?
MATEO :  No se... El caso es que yo se lo que los abuelos quieren averiguar.
BASILIA : ¡¿En serio?! (se ha sorprendido mucho y su gesto se ha llenado de preocupación y nerviosismo).
MATEO : Sí, en serio. Pero no digo nada porque me parece que sería peor. Quiero decir que a lo mejor provocaba disgustos más importantes aún y no quiero que los haya porque me dan miedo.
BASILIA : ¿Por que no me cuentas todo desde el principio y con detalle?
MATEO : ¿Tu no sabes nada?
BASILIA : Igual sí y no he caído en la cuenta...
MATEO : ¿Y no tienes ninguna de tus premoniciones?
BASILIA : En esta ocasión fíjate que me parece que no.
MATEO : Pues eso si que es raro.
BASILIA : Quizá sí. ¡Bueno!, ¿nos metemos en harina?
MATEO : Sí, vamos.
BASILIA : Te escucho. Y ya sabes, los detalles insignificantes también cuentan. 

MATEO empieza a hablar y BASILIA le escucha con suma atención mientras la cámara se aleja de ellos hasta salir de la habitación.

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