viernes, 11 de diciembre de 2015



Como en las últimas semanas resulta imposible no tropezar con este libro una y otra vez y alguna más, los lectores fervorosos no tardamos en llevárnoslo a casa llenos de ilusión.
Y ¿merecía el entusiasmo? El mio no, con sinceridad, porque no ha pasado de ser uno más de tantos libros matarratos, pero es solo una opinión personal.
Vamos, que sin crearse expectativas burbujeantes su lectura puede regalar un fin de semana misterioso bastante entretenido.

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