Los jardineros soñadores deberíamos llamar a quienes llevan a cabo cosas que parecen disparatadas en su momento inicial y de las que vemos surgir poco a poco maravillas de ensueño.
Es el caso de Baldasare Forestiere, un inmigrante de origen siciliano que llego a California a principios del siglo XX dispuesto a hacerse negociante en cítricos sin contar con ninguno de los inconvenientes que le salieron al paso. La historia de cómo construyo su casa subterránea él mismo, con pocas y toscas herramientas, sin planos... Una lección de vida.
La numerologia simbólica presente en la Biblia también esta incorporada a la construcción puesto que era una persona muy religiosa.
En la actualidad una Fundación se encarga del mantenimiento y explotación del complejo en contacto con los sobrinos-herederos ya que Forestiere no tuvo descendencia.
Y bajo Nueva York:
Aun en proyecto e intentando recaudar fondos.
Se pretende convertir una antigua estación de transporte abandonada en un gran parque público urbano basado en un sistema de fotosíntesis a través de fibra óptica.
Idea genial.
Se pretende convertir una antigua estación de transporte abandonada en un gran parque público urbano basado en un sistema de fotosíntesis a través de fibra óptica.
Idea genial.
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