Leerse de un tirón los veinte libros que componen la saga La Rueda del Tiempo de Robert Jordan es
una misión que no está a mi alcance aunque disfruto la historia que cuenta y soy lectora curtida. Nunca
abandono un libro, "por si acaso" me suelo decir y por ello en casos como este intercalo otras lecturas
mas ligeras.
Esta vez he pasado mi descanso con Stephen King que después de tantos años y tantos libros sigue
sin decepcionarme, siempre regala buenos ratos y, lo mejor, en el tono de un amigo de confianza que
está ahí siempre. Literatura menor, falta de evolución, mil defectos... Sí, bueno, pero cuando algo
gusta mucho la objetividad está de más y es una satisfacción muy relajante leer su Mr. Mercedes o,
mejor aún, su Doctor Sueño para encontrar al niño Dani Torrance de El Resplandor convertido en adulto.
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