viernes, 2 de septiembre de 2016

Suspense Amable


Hubo un tiempo en que el mundo era feliz.
Afables párrocos dirigían las almas de unas cuantas personas de buena fe perdidas en aldeas de la Inglaterra de comienzos del siglo XX. 
Un asesinado que no ha muerto envenenado, ni a golpes, ni a causa de una bala, ni por culpa de un cuchillo.
No hay causa científica.
En el pueblo no se echa de menos a nadie aunque puede que entre ellos haya un asesino. 
Un detective aficionado que se encuentra en el lugar a causa de un accidente de coche, que apenas investiga y que se toma el crimen como un pasatiempo sin sorpresas, nos habla de campanas, de horticultura...
Y sin efectismo, sin complejidades, nos resuelve el misterio con tranquilidad y naturalidad.

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