En Islandia, y en concreto en la ciudad de Reikiavik, tenemos un ejemplo de ciudad con temperaturas frías extremas cuya consecuencia son acumulaciones grandes de hielo y nieve en las calles que dificultan el transito urbano cotidiano.
La forma óptima utilizada para limpiar el suelo y dejarlo transitable consiste en aprovechar los abundantes yacimientos de aguas termales naturales que son transportadas, mediante suelo radiante, bajo las calles.
Este sistema se utiliza sobre todo en las zonas comerciales y es costeado, casi en su totalidad, por los propios comerciantes para facilitar el acceso de clientes potenciales.
La abundante energía geotérmica del terreno es la empleada para cubrir todas las necesidades internas de los edificios.
Otras ciudades del mundo disponen de recursos similares y los utilizan.
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