lunes, 30 de abril de 2012

El Pedregal 19

31. LA CASA. EN LA COCINA. EXTERIOR. DIA.

IRENE permanece observando por la ventana el encuentro correctísimo de ADRIANA y ANGEL mientras la cámara, atravesando el cristal, pasa de ella a ellos siguiendo su alejamiento.


32. LA PLAYA, EXTERIOR. DIA.

ADRIANA y ANGEL caminan plácidamente. El día es soleado.
ADRIANA se descalza y sigue caminando con los pies dentro del agua.
Los gestos faciales y el movimiento corporal de ambos indican que por muy seria que sea la conversación que mantienen, además han establecido un ligero coqueteo mutuo.

ANGEL : ¿Tendré que resignarme entonces a marchar con las manos vacías?
ADRIANA : De ninguna manera, te llevarás regalos.
ANGEL : Lo que quiero llevarme es tu música. Y a ti... y a la artista que eres.
ADRIANA : Bajo tus condiciones nunca será posible.
ANGEL : Si es por tu hijo, tiene unos abuelos y una familia fantástica, además de que he creído entender que pronto irá a un internado para comenzar los estudios serios.
ADRIANA : Sí, pero no es solo por él, es por la vida que hemos conseguido todos los de la familia, es... por mí, que no me quiero marchar. No podría vivir lejos de esta casa.
ANGEL : ¿Por qué significa tanto? Serían alejamientos temporales y volverías, ella siempre te va a esperar.
ADRIANA : No pierdas el tiempo insistiendo porque no cambiaré mi decisión. Cuando te mandé esa grabación cometí un error pensando que podría ser posible, me vencieron la ilusión y el entusiasmo.
ANGEL : Nada de errores. Hiciste bien y la prueba es que estoy aquí ofreciéndote un contrato que, claro que sí tiene un coste, pero como todo en la vida.
ADRIANA : Que supera en muchísimo lo que yo nunca estaré dispuesta a pagar. Puedo aprender, puedo ensayar, incluso podría grabar... aquí... desde aquí. Yo no quiero actuar en público ni escuchar aplausos.
ANGEL : ¿Entonces? Porque todo eso lo conlleva la fama.
ADRIANA : Pretendía ganar un dinero con lo único que se hacer para ayudar a mi familia, nada más que eso. Ellos trabajan muchísimo, todos, incluso tía Basilia que se va a dejar los ojos bordando y yo solo las tareas insignificantes de la casa, barrer, el polvo, las camas, algún recado que otro y poco más; antes, cuando Mateo era chiquitín, aún, pero ahora ya... Y el internado lo empeorará todavía más aumentando los gastos domésticos. Si el proyecto de la música hubiera sido posible....¡que distinto todo! ¿Me he explicado bien? ¿Has podido comprenderme aunque haya sido por encima? (con gestos de ansiedad y ademanes inquietos y angustiados).
ANGEL : Te he comprendido, claro que sí (ligeramente sorprendido), pero por lo que respecta a la música no me parece que haya una solución adaptable a tus necesidades. Hoy, y cada día más, las cosas tiene unas reglas de juego estipuladas.
ADRIANA :  En las que yo no pensé, ahora lo entiendo.
ANGEL : Se me ocurre que gustándote tanto la música podrías acercarte a tus deseos dando clases.
ADRIANA : ¡¿Clases?! (casi escandalizada de tan asombrada).
ANGEL : (Desconcertado ante tanto asombro). Sí, claro. De la misma manera que tu padre da clases de geometría o de gramática.
ADRIANA : (Con un gesto casi despectivo) ¡Qué ocurrencia! ¡De ninguna manera y por ningún motivo, fíjate bien! (Se aparta de él físicamente).
ANGEL : (Violento ante la situación que se ha creado hace un esfuerzo por cambiar el rumbo de la conversación). Lo siento, ha sido una bobada por mi parte poner en el mismo plano dos actividades tan.... Discúlpame.
ADRIANA : No te preocupes. Ya está pasando. (Ajena a las palabras del hombre y con expresión ausente, sus movimiento indican que hace respiraciones relajantes y esfuerzos de concentración mental).
ANGEL : (Tiene un nuevo sobresalto de desconcierto y se toma unos segundos para recomponer el ánimo), ¿Puede visitarse el interior del faro?
ADRIANA : Sí, el farero y su familia son amigos. ¿Quieres que vayamos ahora? (muy alegre y entregada al momento).
ANGEL : Me gustaría.
ADRIANA : Entonces vamos. Verás qué panorama increíble desde arriba.

Los dos, de nuevo con buen humor y ahora ya sin coqueteos, se encaminan al faro.

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