TIMOTEO : Esta mañana Adriana esta ya un poco... revuelta. Después de comer Irene y Alonso decidieron que era conveniente que Angel se marchara y yo estuve de acuerdo. Me pidieron que le dijera que esperábamos huéspedes, que ha sido de improviso, que es nuestro trabajo fundamental, que teníamos que preparar las habitaciones y que solo era cuestión de que adelantase un par de días sus planes y que estaba invitado de nuevo para más adelante. El comprendió todo muy bien y se ha ido sin más.
BASILIA : Sin despedirse.
TIMOTEO : Petición expresa de la familia.
BASILIA : Pues me parece un comportamiento grosero y no de él, sino nuestro.
TIMOTEO : Es que no he acabado de contarte.
BASILIA : ¡Pues déjate de rodeos, hombre, y vayamos a lo fundamental!
TIMOTEO : La niña ha empeorado y me temo lo peor.
BASILIA : ¿Qué significa eso?... ¡¿Quieres guardar tus circunloquios y hablarme con claridad?!
TIMOTEO : Oye, lo que tu tan despectivamente llamas circunloquios forma parte de mi carácter...
(Gestos de impaciencia resignada y muda por parte de BASILIA)
... los empleo incluso en mis pensamientos íntimos y comprenderás que no me esfuerce en suprimirlos solo para que tu no te impacientes.
BASILIA : (Palmaditas afectuosas, rápidas y de compromiso en su brazo). Discúlpame Timoteo, lo siento, pero te repito que la inquietud, la curiosidad y la impaciencia me desquician.
TIMOTEO : Pues ya lo sabes, a controlarse.
BASILIA : Timoteo, por lo que mas quieras... (es evidente que se esfuerza mucho en ser paciente).
TIMOTEO : ¡Va, va!... (Ahora es él quien refunfuña mediante gestos). Adriana subió a dormir la siesta por prescripción...
BASILIA : Sí, aún estaba yo delante.
TIMOTEO : Al cabo de un rato a Irene se le ocurrió ir a echar un vistazo para arroparla y demás y ya se encontró con aquello.
BASILIA : ¿Tan mal? (muy seria y preocupada).
TIMOTEO : Parece que si. Alonso e Irene están con ella y a mi aún no me han dejado verla.
BASILIA : ¿Y donde está Mateo?
TIMOTEO : Pues lo cierto es que no le he visto en toda la tarde. Ignoro... (se siente violento y se le nota).
BASILIA : Ve a buscarle, anda... (levantándose). Niño mío... (murmura).
TIMOTEO : (Descomponiéndose de culpabilidad y puesto en pie se mueve agitado pero sin dirección alguna). Sí. Ahora mismo le encuentro.. (mueve los labios murmurando para sí).
BASILIA : Yo voy para arriba a ver como están las cosas y su puedo ayudar en algo.
BASILIA : Yo voy para arriba a ver como están las cosas y su puedo ayudar en algo.
TIMOTEO : (Que ya se alejaba por el corredor, se vuelve hacia Basilia). Contad conmigo también.
BASILIA : Naturalmente.
TIMOTEO se aleja presuroso sin dejar de murmurar. Rodea la fachada mientras que BASILIA entra en la casa.
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