jueves, 7 de junio de 2012

El Pedregal 25

41. LA CASA. EN EL PASILLO SUPERIOR. INTERIOR. DIA.

IRENE delante del dormitorio de ADRIANA acumulando valor.
Entorna la puerta con mucho cuidado, sin llamar, y asoma solo la cabeza al interior.
A pesar de la preparación, lo que ve la altera. 

IRENE : ¡Ay! ¡Mi niña! (Se retira de la puerta y volcando medio cuerpo por la barandilla grita) ¡Alonso! ¡Alonso sube corriendo que ya está!

Entra en la habitación y cierra con un portazo.
Se escucha el ruido de pasos precipitados, de una persiana al levantarse, trajines de movimientos y susurros amables sin respuesta.


42. LA CASA. EN EL PORCHE.  EXTERIOR. DIA

Un taxi se aleja y desde la ventanilla con cristal bajado se ve la cabeza sonriente de ANGEL que con un brazo fuera se despide de TIMOTEO, quien desde los escalones del porche le devuelve los gestos de adiós con una media sonrisa forzada.
En cuanto el coche después de atravesar la cancela se pierde de vista, BASILIA, con una rapidez que evidencia su espionaje, abre la puerta y se acerca a TIMOTEO.

BASILIA : ¿Que ha pasado? ¿Por qué se va de repente y como a escondidas?
TIMOTEO : Se lo he pedido yo.
BASILIA : ¡¿Cómo dices?!
TIMOTEO : Y el ha sido muy amable y comprensivo.
BASILIA : ¡¿Pero por qué? Quiero que me expliques ahora mismito lo que ha ocurrido y tengo tanto derecho como tú a estar informada (con exigencia altiva).
TIMOTEO : (Solo la mira con reproche por sus palabras y su tono de voz).
BASILIA : (Entiende el mensaje y procura suavizar sus modales). Por favor Timoteo (apoya una mano en su brazo y le mira de frente). Estoy en un sinvivir y no se si voy a poder escapar con bien de ésta.
TIMOTEO : ¡A cuidarse! ¡No la vayamos a fastidiar aún más de lo que está, pues solo nos faltaría eso!--- (excesivamente sofocado para lo que es habitual en él).
BASILIA : (Dándole palmaditas afectuosas en el brazo). ¡Eh, eh!... No nos alteremos, ¿de acuerdo? Mis rituales se llevan acabo sin omitir una coma, ¿y los tuyos?
TIMOTEO : También, por supuesto.
BASILIA : Entonces todo en orden. Pero sigo queriendo saber, así que por favor....
TIMOTEO : Sentémonos en la sombra, que aunque el sol esté cayendo atiza y deslumbra de lo lindo.

Mientras hablan, ahora sentados en los bancos del corredor del porche, el sol se va poniendo y en ningún momento de su conversación dejan ellos de observarlo, sin reprimir en algunos instantes sonrisas o gestos faciales de admiración. Parece como si la rutina diaria natural les fuese, en el fondo, mas importante que cualquier acontecimiento social.

BASILIA : ¿Donde están los demás ahora que lo pienso? Di una cabezada y luego me he liado con las labores hasta ahora sin levantar la cabeza ni enterarme de nada...
TIMOTEO : Te pongo al corriente.
BASILIA : Pues a ello que te escucho con los cinco sentidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario