jueves, 24 de marzo de 2011

Las Mascotas 1:

En uno de sus cumpleaños todos los hermanos se unieron para hacerla un regalo que también a ella le pareció fantástico: dos parejas de tortugas en un acuario que ellos mismos habían construído. Tan diminutas y simpáticas... A cada una le puso un nombre y fue en todo momento la única encargada de su cuidado; jamás necesitó ayuda para nada relacionado con las tortuguitas, ni siquiera cuando en una ocasión parecieron estar enfermas, bajo su criterio porque con nadie consultó, y las curó a base de depositar una aspirina en su agua de cada día. Los animalitos la conocían requetebién y solo con oir su voz empinaban la cabeza estirando mucho el cuello y la miraban con su ojitos negros y minúsculos, escuchándola sin cansarse, sin metarla prisa y sin intercambiarse miradas burlonas.

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