viernes, 1 de abril de 2011

Las Mascotas 4:

Cuando en la clínica certificaron su alta médica y regresó a casa, disfrutó por unos días de la felicidad de encontrar allí instalada a una de sus hermanas recién divorciada y dos sobrinos pequeños. Era chocante sin embargo tener alrededor y en todo momento a dos niños desconocidos, uno de los cuales se comportaba como si fuese el señor del lugar, pateando tapicerías, pisoteando las migas que le caían al suelo en su permanente golosineo, toqueteando con curiosidad altanera platos, cristales y porcelanas; le gustaba más el pequeño, aún bebé, que solo salía de su cuna para entrar, como un paquete, en la jaula de rejillas plastificadas que llamaban parque, "¡benditos sean los dioses!, parque... ¿por donde lo miraban?".

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