sábado, 21 de mayo de 2011

Doña Isabel 5:


Cuadro Segundo :

(En el salón. Se observa que la cena terminó. Araceli y Ramón, tomando café, están solos).

ARACELI : ¡Que gloria de soledad!... ¿Por qué es tan difícil algunas veces? Hay cientos de libros sobre psicología infantil, pero no hay quien se anime con la psicología senil.
RAMON : Los hay, pero no te servirían de nada porque tus padres no están seniles, si te refieres a eso; solo tienen unos cuantos años más que nosotros y tú, por lo general, sueles ser muy injusta, Araceli.
ARACELI : Vamos a dejarlo si no te importa, que el tema está ya muy hablado.
RAMON : Está bien. Hablemos de nuestras vacaciones para poder contestar a tu padre.
ARACELI : A mi padre, sencillamente, se le dice que no cuente con nosotros. Luego, con tranquilidad, ya pensaremos dónde podemos ir.
RAMON : Pensémoslo ahora, mujer, ¿que más nos da?
ARACELI : A ti no se, a mí cincuenta patadas en el estómago. (Mirada interrogadora de Ramón). Tú te empeñas en no quererlo reconocer, pero te digo yo que mis padres no son lo que eran. ¡¡Una promesa!! ¿Acaso te puedes creer eso de una persona que, desde que hizo su primera comunión, solo ha pisado las iglesias para acontecimientos sociales?
RAMON : Tú debes conocerla mejor que yo, es tu madre; sin embargo me parece perfectamente respetable que quiera hacer este viaje y desde luego no me parece una niñería; más aún, aunque lo fuese, ¿que tiene de malo un capricho? Son unas vacaciones y, ya que estamos en ello, te diré que a mi me gustaría que fuésemos todos juntos. Otros años hemos tenido algún proyecto mimado, pero este... ¿Por qué, pues, no ir a Galicia? Ya no es solamente por el aspecto religioso, que tendrá sus curiosidades, qué duda cabe, sino que habrá muchísimas otras actividades culturales.
ARACELI : Todas ellas relacionadas con el Camino de Santiago.
RAMON : ¡Joder, Araceli! ¿Que me dices de la Semana Santa, el Rocío, o la Feria de Sevilla?
ARACELI : ¡Que entusiasmo!... ¿Por qué no le has dicho directamente a mi padre que contase con nosotros?
RAMON : Porque antes tenía el deber de convencerte.
ARACELI : Pues continúa, que lo estás haciendo de maravilla.
RAMON : Mira, me había hecho el propósito de no intervenir en asuntos relacionados con tus padres en tanto no se me pidiera, pero esta situación nos empieza a afecta ya a todos.
ARACELI : ¿A cuál situación te refieres?
RAMON : A la tensión que se establece en cuanto tu madre y tú estáis juntas; algo ocurre que hace que los demás nos sintamos violentos e incluso incómodos.
ARACELI : Habla por ti.
RAMON : Es evidente que nos ocurre a todos, solamente hay que fijarse un poco en los demás.

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