martes, 14 de junio de 2011

Doña Isabel 17:

Cuadro Segundo :

(En el jardín al atardecer. Isabel está recostada en una hamaca. Agustín sale de la casa con aspecto de recién duchado).

ISABEL : Hola. ¿Has descansado bien?
AGUSTIN : Divinamente, estaba hecho cisco.
ISABEL : ¿Te apetece comer algo?
AGUSTIN : No, gracias. Además, tengo un par de bocadillos en la mochila que estoy dispuesto a compartir si te apetece.
ISABEL : Estupendo. Yo he traído fruta y leche, así que ya tenemos la cena.
AGUSTIN : (Sentándose). ¿Valió la pena?
ISABEL : Sí, mucho. ¿Y para ti?
AGUSTIN : También. Estoy contento de haber venido, de estar aquí.
ISABEL : ¿Nos metemos en harina?
AGUSTIN : Adelante.
ISABEL : ¿Tú o yo?
AGUSTIN : Tú. Recuerdo que tenías que tomar alguna que otra decisión y, seguramente, la mayor parte de lo que yo tenga que decir dependa de ellas.
ISABEL : Hombre...
AGUSTIN : Así es, Isabel. Aunque, por si te sirve de ayuda, te diré que estoy dispuesto a aceptar lo que hayas decidido, sea lo que sea.
ISABEL : ¿Sin negociar?
AGUSTIN : Incondicionalmente; luego entenderás por qué. Y ahora tu turno.
ISABEL : No es sencillo explicar lo que he vivido este mes. He recorrido muchos sitios, yo misma me asombro si lo pienso; casi siempre caminando, alguna vez en autobús, comiendo bocadillos y durmiendo allí donde me alquilaban una habitación. No he venido por aquí, ¿y tú?
AGUSTIN : Dormí las dos primeras noches, pero al ver que tú no venías me pareció una tontería quedarme solo.
ISABEL : He conocido personas interesantes, algunas curiosas de observar, otras divertidas; a tres o cuatro, entre ellas un cura, espero seguir viéndolas porque me gustaría ser su amiga. He pasado por lugares preciosos, inquietantes, mágicos, tenebrosos... He caminado más que en toda mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario