jueves, 16 de junio de 2011

Doña Isabel 18:

AGUSTIN : Quizá hasta te has aficionado.
ISABEL : No. Soy sedentaria por naturaleza y por convicción y así pienso continuar. Pero quería hacer el Camino, un camino hacia mi interior y elegí precisamente el esfuerzo físico como vía de mortificación.
AGUSTIN : Comprendo. ¿Encontraste respuestas?
ISABEL : Tranquilizadoras y definitivas, no. Ningún oráculo se ha acercado para decirme: "Haz ésto y no te equivocarás". He tomado, eso sí, algunas decisiones que, sin embargo, conllevan riesgos.
AGUSTIN : Y piensas llevarlas a cabo, claro.
ISABEL : Sí.
AGUSTIN : Imagino que alguna de ellas afectará a mi vida...
ISABEL : Teniendo en cuenta la cantidad de años que llevamos viviendo como hermanos siameses, ¿cómo evitarlo?
AGUSTIN : Vamos, pues, infórmame.
ISABEL : ¿Recuerdas que la última noche que estuvimos aquí mismo insinué la posibilidad de una separación?
AGUSTIN : ¿Cómo no me voy a acordar?
ISABEL : Está descartada por mi parte, aunque si tú quisieras, lo aceptaría.
AGUSTIN : De ninguna manera, pero continúa.
ISABEL : No necesito vivir en soledad; es más, no creo que fuese feliz y ¿ qué mejor compañía que la del amigo con el que he compartido tanto bueno y un poco regular?
AGUSTIN : Gracias por elegirme otra vez.
ISABEL : Cuéntame tú.
AGUSTIN : Pues, cuando me contaste tus proyectos aquel día, la verdad es que me sentí un poco fuera de juego. Nada, tranquila, que solo duró un momento. Después de los dos primeros días que te he dicho busqué una pensión en Santiago y desde allí he estado haciendo excursiones. He visitado pueblos, aldeas, castros, ermitas, iglesias, playas... He conocido, también a innumerables personas con quienes he mantenido conversaciones, intrascendentes la mayoría, otras reveladoras. He aprendido. Al cabo de tantos años he encontrado maestros y eso me hace tan feliz que no sabría explicártelo... por lo menos ahora.
ISABEL : No lo intentes. Creo que te entiendo muy bien. Además, tenemos mucho tiempo para seguir hablando.
AGUSTIN : ¿Toda la vida? (Extiende la mano con la palma hacia arriba).
ISABEL : Toda la vida. (Choca su mano con la de Agustín).
(Se abrazan como amigos del alma).

Telón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario