sábado, 22 de octubre de 2011

Una Absurda Superstición 7 :

Quiniela tras quiniela pasaba el tiempo y cada año la novedad mas importante en la vida de mi familia parecía sustentarse en las variaciones de temporada en las alineaciones de los equipos de fútbol con sus nuevos fichajes, algo de importancia capital para tener en cuenta a la hora de pronosticar los resultados de los partidos. Nunca sin embargo consiguieron su objetivo porque la abuela y yo éramos más poderosas y nuestro fin más puro: librarnos a todos de la maldicion que sin dudarlo nos hubiera sobrevenido más pronto o más tarde, como precio a pagar, en el supuesto de que la buena suerte en forma de quiniela plenamente acertada se hubiese dignado agraciar a nuestro hogar.

Como digo todo nos hicimos mayores, tanto que un día la abuela poniéndome una mano en el hombro me ordenó ir a su cuarto, algo chocante para mí que aún no sabía como era su dormitorio un día de entre semana a la luz del día.

-Abuela... ¿Es que pasa algo?
-Quiero hablar contigo. ¿Por qué no tienes novio aún?
-Porque nadie me lo ha pedido.
-Entonces es que hay alguien que te gusta. ¿Mucho?
-Sí.
-¿Y él no se ha fijado en ti o es que no se atreve?
-Sí que se ha fijado pero no debo interesarle lo suficiente.
-Tonterías. Besará el suelo que tú pises. Vamos, ayúdame.

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