martes, 15 de noviembre de 2011

Una Absurda Superstición 13 :

Por las noches todo mi afán se concentraba en conseguir una conexión mental con mi abuela para suplicarle, ahora que ella era espiritual y por lo tanto supuestamente poderosa, que me proporcionase alguna sugerencia acerca del punto cardinal de donde procedería el purgatorio para su nieta, tan querida cuando las dos nos acompañábamos en el territorio de los mortales. Pero ninguno de mis esfuerzos sirvió de nada, no hubo el menor indicio de respuesta a mis llamadas.

La rotura del brazo de alguno de los hijos en el fragor de una escaramuza colegial, sus malas calificaciones escolares que a veces les obligaban a repetir el curso, la negativa de alguno de ellos a seguir estudiando antes de tiempo, eran tenidas en cuenta como pequeñas amortizaciones que en poco disminuían mi deuda, pero ahí estaban, por lo menos mis sufrimientos no eran en balde porque tenía la certeza de que no caían en saco roto.

Pensé que se trataba de una manera de ir ajustando los saldos cuando una de las hijas, apenas adolescente, quedó embarazada. Ambas estuvimos de acuerdo en cuales eran las medidas que debían tomarse y, sin que nadie más supiera nada, buscamos por barrios desconocidos a quien estuviera dispuesto a enmendar aquel error. Todo salió a pedir de boca y aunque la hija nunca más volvió a preñarse, ni aún cuando ya casada lo intentó mil veces, concluí que para el balance de mis cuentas este acontecimiento había tenido su incidencia y si algún desequilibrio había ocasionado esa deuda no me correspondía a mí.

Aquel percance sin embargo me permitió entablar contacto con un grupo de mujeres que practicaban el espiritismo. Nunca, jamás en mi vida podría haber imaginado que llegaría a verme mezclada en cosas de ésas. Es más, ni siquiera me producían una pizca de curiosidad inquietante de la que participan tantas personas. Pero una vez que sin saber cómo me encontré inmersa en el círculo, creí que tal vez el destino me estaba ofreciendo el medio de conseguir la ansiada comunicación con mi abuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario